En materia de igualdad de género, la Agenda 2030 tiene una visión: la de un mundo «en el que todas las mujeres y las niñas disfrutan de la plena igualdad y se han eliminado todas las barreras legales, sociales y económicas para su empoderamiento.»

Es una declaración muy inspiradora, sin embargo, en base a datos de ONU 2022, al ritmo que se avanza actualmente en igualdad tardaremos hasta 286 años para cerrar las brechas existentes en materia de protección legal y en eliminar leyes discriminatorias y 140 años para lograr la representación equitativa en los puestos de poder y liderazgo en los lugares de trabajo.

En la actualidad, a pesar de los esfuerzos por promover la participación de las mujeres en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas – por su sigla en inglés), las cifras aún reflejan una brecha significativa de género. Menos del 30% de las personas que se dedican a la investigación en el mundo son mujeres (UNESCO, 2022). A nivel mundial, las mujeres representan aproximadamente el 35% del alumnado matriculado en educación superior en campos relacionados con STEM (UNESCO). Pero, esta cifra puede variar significativamente según el país y la disciplina específica dentro de STEM, cayendo al ámbito de la ingeniería hasta un 10%.

Es importante destacar que abordar estas disparidades sigue siendo un desafío importante en la búsqueda de la igualdad de género en la educación y el empleo.

En un mundo cada vez más digitalizado, las profesiones requieren toda una serie de conocimientos técnicos, por lo que la baja participación de las mujeres en las STEM potencia la desigualdad estructural restando oportunidades para acceder a sectores con mayor validación social, pero sobre todo, mejor remunerados.

Hemos tenido el placer de contar con mujeres referentes en la materia para abordar el estado de la situación actual, los desafíos y propuestas que están llevando a cabo para reducir la brecha de género en las STEM:

Vanesa Daza PhD, doctora en matemáticas y experta en criptografía, blockchain y ciberseguridad, profesora e investigadora de la Universidad Pompeu Fabra (UPF, Barcelona),
Mercedes León, Business Operations Senior Manager en Oracle, una de las mayores compañías software del mundo,
Loli Yagüe, Technology Domain Leader & Architect – Database en Oracle,
Maria Luz Sanmartín Fita, licenciada en matemáticas y profesora de escuela secundaria.

Mujeres y STEM: infrarrepresentación y pérdida de talento

Mercedes León y Loli Yagüe abordaron los desafíos que enfrentan las mujeres y las niñas en las disciplinas STEM y las iniciativas para promover la igualdad de género en estos campos.

Citando datos del Datos del Instituto Nacional de Estadística – señalan que alrededor del 35% de los estudiantes en educación superior en disciplinas STEM son mujeres, aunque esta cifra varía significativamente según el tipo de grado. Vanesa apunta que en el entorno universitario las ingenierías en general tienen un promedio de 20% de mujeres. Además, como comentaron Mercedes y Loli, han observado que al cambiar el nombre de una titulación universitaria a «ingeniería de» provocó una disminución automática del número de mujeres inscritas, lo que sugiere la persistencia de estereotipos de género que permean a la hora de tomar la decisión sobre qué carrera elegir.

Analizando datos de sociedades formalmente igualitarias – es decir aquellas en los que existe igualdad ante la ley, pero no necesariamente en la práctica – las disparidades de género se hacen evidentes en la representación de mujeres en roles de liderazgo en STEM.

Según un informe de la Comisión Europea, las mujeres representan solo el 24% de los cargos directivos en empresas del sector tecnológico en Europa.

Las barreras para las mujeres y las niñas en STEM también se reflejan en la brecha salarial de género. Los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en promedio global, muestran que las mujeres ganan aproximadamente un 20% menos que los hombres en ocupaciones STEM.

Respecto a la forma de expresión de desigualdad más evidente, un estudio reciente de la Sociedad de Mujeres Ingenieras en los Estados Unidos encontró que el 40% de las mujeres ingenieras experimentaron discriminación de género en el trabajo. Según Vanesa Daza “Vas a un área donde sabes que la realidad será un entorno laboral masculinizado y nuestras realidades no se ven con la naturalidad que se debería, eso conforma tu día a día y puede influir en tus decisiones” La profesora de la UPF también nos comenta que cuando las chicas llegan a las carreras STEM tienen perfiles brillantes y suelen finalizar la carrera incrementando la presencia femenina en las aulas, pero siendo todavía un porcentaje escaso respecto a los chicos.
María Luz Sanmartín Fita se hace eco de los comentarios de Vanesa y señala que, según su experiencia como profesora de matemática en la secundaria es, el resultado académico entre chicos y chicas es muy parecido para materias técnicas y científicas, no destacan los chicos por las notas. Sin embargo, añade que «se ve mucha inseguridad de las chicas frente a este tipo de saberes, en torno a si lo están haciendo bien o si encajarán en estos ámbitos, eso determina en gran parte la elección de las carreras universitarias».

Género, infancias y crianzas: El origen de la desigualdad

Según comentan Mercedes León y Loli Yagüe, desde una edad temprana, las niñas están expuestas a estereotipos de género que sugieren que las materias STEM no son para ellas, lo que influye en sus decisiones educativas y profesionales. Estas ideas se ven reforzadas, como nos comenta Vanesa Daza, en la educación infantil y primaria, en ocasiones cuando desde el profesorado y las familias, atribuyen que a un niño se le dan bien las matemáticas porque es un niño, cuando la otra cara de la moneda es que a una niña le puede ir mal esa misma asignatura, por el simple hecho de ser una niña… “Mientras tengamos profesorado transmitiendo estos estereotipos de género asociados a las STEM desde edades tan tempranas seguiremos lidiando con este problema” afirma Vanesa.

La ausencia de referentes mujeres en el ámbito STEM, dificultan aún más que las niñas vean estas carreras como opciones vitales viables. Como señala Maria Luz Sanmartín Fita: «la falta de referentes no solo es en los libros de texto, también está en la universidad, no solo en las aulas sino en cargos importantes de gestión e incidencia».

Además, continúan existiendo prejuicios y discriminaciones de género. El mandato de los cuidados asociados a las mujeres sigue construyendo un imaginario concreto de expectativas de la feminidad (ocupaciones asociadas a los cuidados) y de la masculinidad (asociado a las ingenierías y a las profesiones técnicas), mientras que en el ámbito profesional estas discriminaciones se ven agravadas por la falta de apoyo a la conciliación personal y familiar, lo que genera barreras para que las mujeres ingresen y avancen en las STEM.

Una vez dentro de las carreras STEM, las mujeres enfrentan comparaciones con sus compañeros, falta de acceso a mentores y recursos, y limitadas oportunidades de desarrollo personal, afirman Mercedes y Loli. Para superar estas barreras, es crucial brindar a las niñas un ambiente que promueva la confianza en sí mismas y sus habilidades, así como ofrecerles la oportunidad de conocer las aplicaciones prácticas de las carreras STEM desde una edad temprana.

Todas las entrevistadas han enfatizado la importancia de comenzar desde la infancia, desafiando los estereotipos de género a través de la crianza y la elección de juguetes que fomenten habilidades diversas, además de los mensajes y actitudes que transmitimos como personas adultas.

Acciones positivas para cerrar la brecha: Oracle4Girls

Loli Yagüe destacó el proyecto Oracle4Girls (O4G), que ofrece talleres exclusivos para niñas para acercarlas a las STEM y crear un ambiente cómodo y de apoyo donde puedan experimentar y aprender. También se mencionaron iniciativas como Oracle4Teachers y «Reinvénta-Tech«, impactando directamente en la empleabilidad de las mujeres.

Mercedes León, apunta que “El proyecto Oracle4Girls empezó en el 2017 porqué nos dimos cuenta de que era muy difícil captar talento femenino. Las chicas no aplican a puestos si no tienen el 100% de los requisitos que se piden, en cambio encontramos mucha más variabilidad en los perfiles de los hombres que aplican que pueden tener algunos requisitos o varios o no, esto no tiene que ver solo con que ellas no se atrevan sino porque ellos están mucho más estimulados, desde muy pequeños, a atreverse, a intentarlo y a ellas no tanto”.

Mercedes y Loli comentan que pensaron que desde Oracle tenían que empezar a cambiar esto socialmente y que lo mejor era hacerlo a través de actividades para acercar las STEM a las niñas, por lo tanto, hacer actividades y talleres exclusivamente pensados para ellas. Comentan que es importante destacar por qué apuestan por espacios únicamente para niñas, ya que, si fueran mixtos, las inscripciones se llenarían en seguida y serían mayormente niños y se seguiría replicando la misma situación. Una de las claves de Oracle4Girls, es que las niñas se divierten, pero sobre todo se sienten muy cómodas.

Loli Yagüe señala que “El ambiente que se crea en los grupos con las niñas es impresionante, están distintas, están relajadas, comparten, preguntan y generan un vínculo de pertenencia muy importante, todo ello gracias a los cientos de voluntarios sin cuyo esfuerzo, trabajo e ilusión el proyecto Oracle4Girls no podría existir”.

La última edición del proyecto tuvo lugar en Barcelona con 125 niñas de entre 4 y 16 años. En total, más de 3.200 niñas de 14 ciudades españolas participaron en los talleres STEM del proyecto Oracle4Girls

Es importante insistir en la necesidad de crear espacios para ellas, entornos seguros, Mercedes León acuña que “No podemos tratar a niños y niñas por igual cuando parten de situaciones desiguales desde la cuna. Este año hemos bajado la edad de participación a 4 años, porque creemos que cuanto antes mejor. Además, la actividad se lleva en las universidades donde ellas ven los espacios, están en las aulas y hacen la actividad en los laboratorios y eso les emociona muchísimo”.

Otras acciones

Vanesa Daza también relata numerosas acciones positivas para reducir la brecha de género, entre ellas nos explica su participación en acciones impulsadas por la Fundación catalana de la investigación y la innovación, un proyecto titulado “100tíficas” que se basa en actividades donde van a escuelas secundarias y primaria, y comparten su propia experiencia con el alumnado. Vanesa, está especialmente implicada y preocupada por la baja presencia de las mujeres en el mundo de la Ciberseguridad, y motivada por este hecho presentó la propuesta de la cátedra internacional ARTEMISA al instituto de ciberseguridad de España.

La cátedra tiene un alto componente de investigación y a la vez de impacto social, donde el eje principal es impulsar actividades para reducir la brecha de género en este ámbito. Además de fortalecer la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento en este campo en el sector público y privado, la Cátedra quiere promover la cultura social de la ciberseguridad y generar vocaciones en este sector, especialmente entre las niñas y las adolescentes.

Desde la cátedra se promueven talleres y actividades, como por ejemplo la creación, con criaturas de primaria, de una trilogía en formato libro protagonizada por una niña que es una hacker ética. Vanessa resalta el carácter inmersivo de la lectura y el espejo que nos tiende. Por eso es importante que las niñas estén expuestas a más diversidad y referencias. Por último, insiste en la necesidad de que las mujeres científicas y sus contribuciones a lo largo de la historia sean mucho más visibles de lo que son actualmente en los manuales escolares.

La promoción de la equidad, un trabajo colectivo de todas las partes

En lo que respecta a la igualdad de género en los estudios y carreras profesionales asociadas a las STEM, la situación está mejorando con demasiada lentitud, lo que se traduce en una pérdida de talento que ya no nos podemos permitir. Revertir esta situación, sin duda supone un cambio profundo en la transmisión de los estereotipos de género vigentes en nuestra sociedad, desde las familias, la escuela, los medios de comunicación, la comunidad científica etcétera – estereotipos que comienzan a desarrollarse desde del nacimiento y que se van arraigando en todas las etapas educativas.

Según María Luz Sanmartín Fita, es necesario “cuidar mucho los espacios que ocupan los niños, donde habitualmente, desde las etapas más iniciales, los chicos tienen una ocupación privilegiada, utilizar un lenguaje inclusivo y estudiar referentes femeninos con nombres y apellidos en todos los ámbitos y saberes y concienciar a los jóvenes sobre las desigualdades de género en el acceso y el progreso en este tipo de estudios«.

Potenciar la igualdad de género en STEM pasa también por dar visibilidad a las mujeres que están a la vanguardia del sector y crear entornos seguros y no masculinizados, que fomenten el talento diverso. Mercedes León insiste en que el futuro es intrínsecamente digital, por lo que es esencial que las niñas y las mujeres tengan acceso y participen en este campo en constante evolución. Vanesa Daza añade: «En el ámbito de la ciberseguridad se necesita una mirada de 360 grados, y cuantos más ojos y más diversos, mejor será el resultado».

En conclusión, promover la igualdad de género en STEM requiere un enfoque integral que desafíe los estereotipos de género desde la infancia, cree ambientes inclusivos y de apoyo, y proporcione oportunidades equitativas de educación y desarrollo profesional.

Con el compromiso y la acción colectiva, podemos cerrar la brecha de género en STEM y aprovechar todo el talento humano en el futuro digital.