Dianova organizó una mesa redonda virtual sobre estos temas para celebrar el Día Mundial de la Infancia, el 20 de noviembre.

Los efectos de la pandemia en la salud mental de los jóvenes, el abordaje terapéutico, la situación de colectivos más vulnerables y el rol de los consumos de sustancias son algunos de los temas que se debatieron en la mesa redonda organizada el pasado 23 de noviembre. El Día Mundial de la Infancia, que se conmemora cada 20 de noviembre, nos ofrece un punto de partida para llevar a cabo medidas inspiradoras para defender, promover y celebrar los derechos de niños, niñas y jóvenes a través de diálogos y acciones que construirán un mundo mejor. Desde Dianova quisimos aprovechar esta ocasión para visibilizar la situación de la juventud respecto a los cambios sociales, el impacto en la salud mental y la relación con las adicciones con y sin sustancia.

Desde Dianova consideramos que es imposible celebrar este día sin hacer una mención especial a la situación de la infancia en todas las zonas de guerra, en particular en la Franja de Gaza.

Según la ONG Save the Children, unos 6.000 niños y niñas han fallecido en esta guerra hasta la fecha, más que el número total de niños muertos en los otros conflictos en el mundo desde 2019. La infancia nunca debe ser un objetivo de guerra para ninguna de las partes.

Mesa redonda virtual

La mesa de personas expertas abordó los retos a los que se enfrentan los jóvenes con problemas de salud mental en relación con las adicciones, e identificó acciones que deben de ser abordadas.

Para ello, contamos con personas expertas que hablaron desde diferentes perspectivas y partes del mundo: Celia Prat, Coordinadora de programas de la Fad Juventud (España); Patricia Puigdevall – Coordinadora de Novasalud y del área de formación de Dianova Uruguay; Simon Tavera, Presidente, Federación Mexicana de Comunidades Terapéuticas y Xochitl Mejia, Fundadora y Directora Terapéutica del Centro de Desarrollo Humano Tonalli (México). La moderación estuvo a cargo de la Dra. Gisela Hansen de Dianova.

No desestimar el sufrimiento psíquico de los jóvenes

Patricia Puigdevall resaltó la necesidad de trabajar en una escucha real y de tener en consideración la situación en el momento de la persona joven, de validar sus sentimientos y tratar de ver más allá para enmarcarlos y tratarlos debidamente. La juventud es una etapa bastante incomprendida y hay que entenderla como una etapa en sí misma, no como un mero proceso a la edad adulta. Un joven es un joven, y no un mero proyecto de adulto, como muchas veces se les trata desde el punto de vista terapéutico. Por ello, es importante como terapeuta hacer una escucha real de sus auténticas necesidades y no infravalorarlas.

Salud mental de los jóvenes en conflicto con la ley

Simón Tavera se centró en el colectivo de jóvenes en conflicto con la ley ya que es uno de los grupos más vulnerables y complejos de diagnosticar. Este grupo se enfrenta a mayores niveles de agresión y violencia, sufre un mayor déficit cognitivo y se enfrenta a niveles de abandono familiar y exclusión social más elevados.

La persona adolescente que ha cometido un delito no pierde su derecho a la salud y en caso de presentar un problema de consumo de sustancias, debe recibir un tratamiento profesional, con base a evidencia y buenas prácticas, para mitigar las causas, promover la reinserción social y disminuir la posibilidad de la reincidencia.

Para trabajar en temas de salud mental y adicciones, es necesario contar con requerimientos técnicos y normativos sólidos. La privación de libertad debe ir acompañada de un proceso formativo, que fomente los vínculos de la personalidad y el pleno uso de sus capacidades, apostando por una justicia restaurativa.

Evolución de los jóvenes y salud mental

Lamentablemente hoy en día, los jóvenes con problemas de salud mental se enfrentan a mayores niveles de exclusión social, de discriminación y de dificultades educativas. Todos estos son componentes de riesgo en relación con las adicciones.

Celia Prat presentó datos de España que hacen patente la compleja situación a la que se enfrentan los jóvenes. Destaca que haya un elevado porcentaje con depresión, trastorno por ansiedad y el uso de psicofármacos sin prescripción médica. A nivel general, afecta más a las chicas que a los chicos y se observan una peor evolución en datos en la población más joven.

Preocupa y mucho que sólo la mitad de los jóvenes con problemas de salud mental hayan buscado ayuda profesional y que uno de los principales motivos por el que no lo hayan hecho, sea el económico. No se lo pueden permitir. Más preocupante aún es el hecho de que 35 % de los jóvenes con problemas de salud mental no lo hayan comentado con nadie, invisibilizando el problema más si cabe.

Analizar la función de los consumos de sustancias

Xochitl Mejía se centró en la importancia de analizar qué funciones cumplen los consumos de drogas en la situación de los jóvenes. Aquí de nuevo, se trata de hacer una escucha real de lo que esos consumos significan. Los consumos de sustancias entre jóvenes pueden hacerles sentir que se alejan del control de los adultos, darles una mayor sensación de protagonismo, de pertenencia al grupo, tener una mayor sensación de libertad y de invulnerabilidad.

Únicamente castigando y penalizando los consumos no se abordarán los problemas y siendo permisivos con ellos tampoco. Se trata de ver más allá y buscar enfoques efectivos.

El efecto de la pandemia en la salud mental

Indudablemente, la pandemia afectó a la salud mental de los jóvenes. En España, tal y como presentado por Celia Prat, un 30 % de los jóvenes considera que su salud mental ha empeorado en los últimos años, lo que supone un aumento considerable. O como comentó Patricia Puigdevall, los datos del último año en donde se observa un incremento de la intención a quitarse la vida de un 7 % en Uruguay entre jóvenes de 12 a 15 años y un incremento en el abandono de actividades habituales a causa de la tristeza de entre un 8 a un 23 %.

Aún hacen falta más estudios para determinar cómo ha afectado exactamente la pandemia. Sin embargo, un tema que destacaron los participantes de la mesa redonda es que el COVID también ha potenciado casos que ya existían o preexistían. El hecho de que se hayan visibilizado y se les preste más atención en la actualidad también puede verse como una oportunidad para escucharlos y tratarlos.

La prevención como piedra angular de las acciones

Como ante muchas problemáticas, según las voces expertas de la mesa, llegamos tarde para tratar los problemas de salud mental de los jóvenes. Pero hay que tener bien claro que si bien el tratamiento es crucial y necesario, queda un gran trabajo por hacer en el ámbito de la prevención de la salud mental y las adicciones. La prevención debería ser la fuerza motora. Lamentablemente, muchas veces lo urgente (el tratamiento), no permite que se trabaje en lo importante. Como comentaba Xochitl Mejía, la prevención efectiva no “vende” bien.

Además, para que sea efectiva ante esta problemática debería tratarse de intervención comunitaria que se conectase e integrase a diferentes niveles territoriales. En la actualidad, tal y como destaco Simón Tavera, existen muchos servicios públicos y programas sociales, pero éstos no se coordinan en diferentes niveles territoriales. Hay poca conexión entre los individuos y la sociedad. Un mayor trabajo en red y conectividad de los servicios permitiría una mayor integridad en el trabajo con jóvenes con problemas de salud mental. Esta es una apuesta a largo plazo.

Otras posibles acciones palanca para mejorar la situación

Además de las ya mencionadas, en la mesa redonda, se abordaron otras posibles acciones y medidas para reforzar el trabajo de salud mental, jóvenes y adicciones. Destacamos las siguientes:

  • Se deben derrumbar tabúes y desestigmatizar la necesidad de trabajar en el plano de la salud mental.
  • Si bien esta problemática está calando a nivel político, se requiere una mayor inversión para los planes de prevención y tratamiento.
  • Garantizar recursos de apoyo que sean accesibles y asequibles. Hay que eliminar la burocracia que aleja a potenciales usuarios de los servicios.
  • Formación de los profesionales que traten con jóvenes y en especial a los docentes en detección precoz, variables de género, etc.
  • Capacitar a las familias en el abordaje de esta problemática y proporcionarles mayores recursos.
  • Fomentar la educación emocional, afectiva y sexual.
  • Reforzar la evidencia y datos en este ámbito. Contar con observatorios de salud mental.

Como se puede constatar, las adicciones con y sin sustancia no relucieron como un tema central de la mesa redonda, sino más bien como una causa o consecuencia. Ante el colectivo de jóvenes con problemas de salud mental es prioritario generar competencias y bienestar y no trabajar solo desde el problema de las sustancias, sino más bien en los recursos que estamos generando para contrarrestarlos.

Desde Dianova queremos agradecer a las personas que participaron en la mesa redonda por compartir con nosotros su tiempo y conocimiento. Esperamos que la conversación haya sido de su interés y que haya despertado tantas inquietudes como a nosotras!