Carta de la Presidenta, por Mary Christine Lizarza.

Estimados lectores y lectoras,

No podemos, inevitablemente, hacer un balance del 2020, sin hablar del COVID-19. El virus que rápidamente atravesó fronteras devastando los rincones de todo el mundo cuando menos lo esperábamos. A nivel global, a finales del 2020, casi dos millones de personas fallecieron debido a esta pandemia y cerca de 84 millones infectadas.

Comenzó con un pequeño susto del otro lado del mundo. Un año después, cambió sustancialmente nuestra vida tal y como la conocíamos hasta entonces. A casi todos nosotros nos afectó de alguna forma, por la propia enfermedad, por haber perdido algún ser querido o, simplemente, por haber estado confinados en casa, lo que nos obligó a una nueva forma de trabajar o de interactuar con los demás.

Mary Christina Lizarza, Presidenta de Dianova International
Mary Christina Lizarza

El virus que ultrapasó fronteras, océanos y que llegó a todos los continentes tuvo y continua teniendo, grandes repercusiones a nivel social, económico y medioambiental, entre otras, que todavía son difíciles de evaluar con exactitud, exponiendo las grandes desigualdades enraizadas en nuestra sociedad.

Las poblaciones más vulnerables fueron las que más dificultades tuvieron para acceder a los recursos sociales y sanitarios que necesitaban. A pesar de ello, el equipo de profesionales de la red Dianova, continuó prestando servicios de acogida y atención a las personas con problemas de alcohol y otras drogas, a la juventud desocializada, a las personas sin hogar y en situación de alta vulnerabilidad.

En nuestros centros sanitarios de Bangladesh, en nuestros programas de prevención de enfermedades transmisibles y de acogida de personas sin hogar en la India, en nuestros centros de tratamiento de trastornos por consumo de sustancias en Portugal, España, Italia, Chile y Uruguay, todos y todas han seguido trabajando sin descanso para aplicar las directrices y protocolos oficiales, poner en marcha actividades adaptadas y garantizar la seguridad de nuestros beneficiarios y beneficiarias.

Todos ellos, han llevado a cabo esta inmensa tarea a pesar de la flagrante falta de equipos, de materiales de protección, de medios financieros y de la propia incertidumbre que sentían en sus vidas personales. A pesar de todo, continuaron, tal y como siempre lo hicieron, empeñados en proporcionar los mejores y los cuidados más adecuados a nuestros beneficiarios/as, colaborando en una multiplicidad de nuevas tareas. A todos y a todas, mi más profundo agradecimiento.

La crisis nos ha hecho tomar conciencia del carácter esencial del servicio que prestamos, especialmente en el ámbito de los trastornos adictivos. En muchos países las autoridades han brindado un apoyo limitado a los servicios de adicciones. Por ello, lanzamos una campaña de sensibilización con el mensaje de que los trastornos por consumo de sustancias y otros trastornos adictivos son una cuestión de salud pública y que, por tanto, los servicios de adicción deben considerarse esenciales.

Por último, sin minimizar los efectos nefastos de la pandemia, me gustaría señalar que también nos ha traído puntos positivos, concretamente la aceleración de los procesos de transformación digital. Gran parte de las soluciones inmediatas encontradas frente a la crisis implicaron instrumentos digitales.

Las herramientas en línea nos han permitido potenciar el seguimiento terapéutico de nuestros usuarios/as y mantener el contacto con sus familias. Hemos aprendido rápidamente a manejar las herramientas colaborativas permitiéndonos incrementar nuestros intercambios. Por último, a través de los webinarios y a las plataformas en línea para los grandes eventos internacionales, hemos mantenido nuestro compromiso de hacernos oír y de hacer oír la voz de la sociedad civil.

La pandemia nos ha enseñado el significado de que vivimos globalmente interconectados. Nos ha enseñado que las fronteras que vemos en los mapas no existen, así como no existen las cuestiones y acciones aisladas. Necesitamos ser capaces de entender esta interrelación y pensar de forma sistémica anticipando el impacto de nuestras acciones en los múltiples y variados niveles y contextos.

Gracias y buena lectura a todos y a todas.

 

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